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19 —¡Ay de mí, que estoy en ruinas!
¡Mis heridas no tienen curación!
¡Y yo que pensé que podría
soportar este dolor!
20 Mi campamento está destruido,
todas las cuerdas están rotas.
Mis hijos me han abandonado,
¡ya no existen!
Ya no hay quien vuelva a plantar mis tiendas,
quien vuelva a extender sus lonas.

21 —Los jefes de este pueblo son necios;
no buscan al Señor.
Por eso han fracasado
y todo su rebaño está disperso.

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